sábado, 5 de marzo de 2016

¡¡tres hurras por el auto placer femenino!!



Abro esa herramienta genial para perder el tiempo llamada Facebook, llena de comentarios políticos, xenófobos, racistas, embustes y falsas noticias; plagado de videos tutoriales, gansadas y gaticos muy monos. Y de vez en cuando te topas con algo interesante, de vez en cuando.  Esta misma mañana, cansado ya de editar y trabajar, decidí bucear entre autores que me gustan, y ver alguno nuevo, y descubro una noticia que me deja perplejo y con cierta rabia contenida. Facebook bloquea la página de Luna Miguel, una escritora que presenta un libro sobre el auto placer femenino, la masturbación de la mujer, ese tema que por lo visto para algunos sigue siendo un tabú, para otros un misterio, incluso continúa habiendo enfermos que lo verán como algo repulsivo y obsceno. Puede haber algo más bonito  y sensual, algo más erótico que una mujer tocándose, acariciando su cuerpo, sus pechos, sus muslos, sus ojos cerrados imaginando a ese o esa  amante perfecto, quizás recordando algún amor, una fantasía, o solo sintiendo cada poro de su hermosa piel. Humedecida y caliente, palpando esos escondites que tan bien conoce, explorando su universo sensitivo, acelerando el ritmo de su mano y sus caderas poco a poco hacia el éxtasis final, retomando la respiración después de haber alcanzado la cima de su montaña íntima. Que envidia me da el placer femenino. Abrazados a vosotras podemos sentiros, mojar nuestras manos con vuestro elíxir, sentir como aumenta vuestro bendito caudal, como alcanzáis el culmen una y otra vez, como disfrutáis cuando las caricias son efectivas y duchas. El perfume de vuestro cuerpo sosegado tras el placer, los besos con cierto sabor a hierro que delatan vuestros orgasmos,  los besos de vuestras bocas generosas. ¿Cómo no amaros, cómo no perder la razón?

Es inaceptable que se censure tal ejercicio de sinceridad, belleza y salud, porque el sexo, el buen sexo, el conocerse a uno o a una misma, es salud. El denunciante no puede ser otro que un taimado imbécil, un misógino retrógrado, mezquino y cobarde, al que seguro, le sonará a chino el orgasmo femenino.  Palurdo ignorante, machista recalcitrante, escupitajo insignificante que no te mereces ni el beso más triste.

Luna Miguel, que tengas muchísima suerte con tu libro.

Ánimo