martes, 8 de enero de 2013

NO HABLES



Hay ocasiones en las que es mejor quedarse callado.  Hablar es un acto que suele sobrar en muchas ocasiones. Ella te mira a los ojos, tú a ella, y que hablen los labios, pero sin soltar palabra alguna. ¿Para qué? ¿Qué se puede decir mejor que un beso?  ¿Qué frase pronunciar mejor que una caricia verdadera? ¿Qué palabras de afecto son mejores que un abrazo sincero? Pues eso. Cállate. Cállate y bésala, no hables o la cagarás.
Es difícil encontrar a una persona con la que compartir un silencio, muy difícil. Esos silencios incómodos, en los que no se sabe qué decir, o peor aún, sueltas algo sobre el tiempo o una estupidez como “¿ese color de pelo es tuyo, no?”  El silencio en ocasiones es el sonido más potente.

Nunca os ha pasado, estar en un bar, en plena conversación banal, intrascendente, y de repente, una canción que te encanta. Y la otra persona le da por hablar y hablar… y habla y tú comienzas a tararear la cancioncilla con un ritmo sincopado de tu pierna que lucha por zafarse y dejarse llevar por los riffs de esa guitarra, quieres canturrear el estribillo como si estuvieras en mitad del concierto. Deseas taparle la boca porque no lo pilla, la canción se va a acabar y las palabras no paran de salir de sus rojos labios, quieres que se calle y piensas en besarla y pedirle que cante la canción contigo, pero sigue hablando y tú piensas si en la cama será igual de pesada. Si no conectáis echando una cerveza cómo lo haréis bajo las sábanas. Y sigue hablando, y sigue hablando, la canción se termina y pides otra ronda. Brindáis chocando el tercio de cerveza, el amargo licor entra por tu garganta mientras la miras a los ojos. Está nerviosa, y mueve las manos sin parar, miras al camarero que te hace un gesto aprobador con la cabeza. Descubres un lunar en su barbilla y lo tocas, milagro, ella se calla, sonríes y le dices que te gusta mucho su lunar. Ella se pone colorada. Otra ronda camarero, la noche promete.

2 comentarios:

  1. Igual ella hablaba porque no se atrevía a escuchar en silencio, para que no pensaras que había algo más importante que tú en ese momento, en ese lugar.

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